Como mi gatita había vivido por trece años, murió, unca lo tendré. En aquel entonces, me llamó
una amiga por teléfono, y deseó que tuviera yo un gatito abandonado.
Ella ha buscado mucho a su casa nueva, pero no. No había remedia que llevarlo a servicio de sanidad. Y antede de éso, me llamó.
Fin de esa semana, fui a su casa en coche. A propósito vivía un joven matrimonio español. Por le parecía ese marido, se ha llamado "ROBERTO". Habita mi casa desde 1995.
De vez en cuando, come saltamontes y polillas. ¡Qué, Madre mía!